domingo, 23 de octubre de 2011

Día de elecciones (micro relato)



De su padre no supo nada después de la pelea, sólo que estaba vivo. Cada día de elecciones veía su nombre en el padrón, arriba del suyo. Cuando se acercaba a las urnas comprobaba lo que daba por descontado. El ya había pasado temprano, como era su costumbre, un poco para no cruzarse y otro poco porque los grandes no tienen nada que hacer con las horas. En las últimas elecciones le tocó votar en otro lado, porque ahora el inservible se había mudado a unas torres nuevas. La curiosidad o alguna extraña sensación lo llevó a pasar por la antigua escuela. Comprobó que el padre tampoco estaba registrado allí. Pero no se preocupó, pensó que también se habría mudado. Si, seguro se trata de eso -se dijo para sí- y siguió como siguen los rencores, votando siempre al mismo candidato.